Personal, autodenominados «miembros del ejército que amontona chatarra», se enfrentan a un agotador trabajo bajo el sol ardiente. Por un pago de 350 pesos diarios, recogen «fierros» esparcidos por la fuerza del huracán Otis sobre la Costera Miguel Alemán. Este arduo trabajo forma parte de un negocio millonario de reciclaje de metales liderado por la empresa «Recicladora NeodIMAN».
Equipados con hachas, los trabajadores desmantelan objetos de metal, desde letreros hasta electrodomésticos y maquinaria. A pesar del esfuerzo físico extraordinario, ganan 350 pesos al día, más almuerzo y cena. Este negocio se ha aprovechado de la tragedia causada por el huracán Otis, convirtiendo lo que muchos consideran desperdicios en una fuente de ganancias para la empresa.

El municipio de Acapulco, a cargo de la alcaldesa Abelina López, no interviene en este negocio de recuperación. Los objetos de metal recogidos se transportan a un centro de acopio y luego se envían a Tlachaloya, en el Estado de México, para su reciclaje. A pesar de las duras condiciones, los trabajadores continúan la labor durante 20 días, recorriendo la Costera Miguel Alemán y otras áreas.

«NeodIMAN» opera en la industria del reciclaje y se dedica a comprar y vender metales y «fierro viejo». Aunque el trabajo es agotador y poco remunerado, los trabajadores desconocen las utilidades del millonario negocio de sus empleadores.