El huracán ‘Otis’ desafió no solo los límites de la predicción meteorológica, sino también la rapidez con la que algunos políticos despliegan su apoyo… ¡sí, con un corazón tan generoso como sus aspiraciones electorales!
Mientras ‘Otis’ azotaba a la costa del Pacífico mexicano, los políticos, como profesionales de oportunismo han surgido para iluminar la tragedia con su presencia y, por supuesto, mensajes políticos. Desde donativos, hasta promesas de austeridad en el vestir (¡por tres meses, nada menos!), sus acciones son tan conmovedoras como confusas.
Xóchitl Gálvez, hábil en el arte del espectáculo político, acude a la Cruz Roja con «donativos» personalizados y un séquito de periodistas ansiosos por captar su acto caritativo para las cámaras, ¡todo por una buena causa, por supuesto!
El mar de desgracia parece perfecto para que los políticos naden en su altruismo, ofreciendo su ayuda desinteresada (y altamente publicitada) a una población que realmente necesita acciones, no solo discursos o anuncios grandilocuentes.
La alcaldesa de la Cuauhtémoc Sandra Cueveas, con un gesto noble y un tanto inusual, promete no comprar ropa durante seis quincenas y enviar su sueldo a los damnificados, así como enviar voluntarios sin marcas ni colores partidistas, demostrando un compromiso que no se traduce necesariamente en ayuda directa.
¿Es correcto lucrar con la desgracia? Quizás, para algunos, el bienestar del pueblo es un reflector a conquistar. Mientras tanto, las comunidades afectadas se preparan para lo peor, conscientes de que la verdadera ayuda radica en acciones concretas, no en discursos políticos disfrazados de solidaridad.