Históricamente, nunca antes habíamos presenciado que un titular de la SEDENA tuviera que dar explicaciones sobre sus adquisiciones personales y familiares.
Por David García.
En medio del complejo contexto político que enfrenta nuestro país, surge otro episodio que cuestiona la transparencia y el manejo de recursos por parte de las autoridades. Esta vez, el titular de la SEDENA, Luis Cresencio Sandoval, se ve obligado a dar explicaciones sobre la adquisición de un departamento valuado en 30 millones de pesos, según revelaciones de «Mexicanos contra la Corrupción».
En su defensa, el secretario argumenta que pagó solo 9 millones de pesos por dicho inmueble, adquiriéndolo a través de una empresa proveedora de la SEDENA y aprovechando una oportunidad única (aún estaba en obra gris). Sin embargo, resulta preocupante que el valor del departamento equivalga a casi 20 años de salario del propio secretario, generando dudas sobre la capacidad económica para realizar dicha compra.
Este caso refuerza la necesidad de una mayor transparencia en el ejercicio de los recursos públicos y una rendición de cuentas efectiva por parte de las autoridades. En un momento en el que la confianza ciudadana se encuentra debilitada, es fundamental que los líderes políticos demuestren su compromiso con la integridad y el manejo responsable de los recursos del Estado. La sociedad exige respuestas claras y contundentes, y la rendición de cuentas se vuelve más crucial que nunca en la construcción de un país más justo y equitativo.