A ver si no se molestan a los que tratatamos de advertir. Deberían molestarse con los que los engañaron. O por último, deberían molestarse con ellos mismos, por confiar en los resultados que les mostraron.
Carlos Joaquín es uno de los gobernadores más votados en la historia de Quintana Roo, llegó a su gobierno en 2016 con una de las aprobaciones más altas. Su capital político era impresionante, contaba con total respaldo ciudadano, ¡el hombre que lo logró! “Ya llegó, ya está aquí el que va a sacar al PRI”, poco le duró… conforme avanzaba en su gobierno, la aprobación ciudadana bajaba y el reclamó social crecía.Una de las grandes debilidades que tuvo la administración del aún gobernador Carlos Joaquin, y no la menos importante, fue la comunicación.
Poco importó comunicar a la ciudadanía, no supieron cómo hacerlo, nunca fortalecieron las áreas de comunicación, aún que el gasto fue excesivo -millonario diría yo- quizá el problema radicó ahí, independientemente que pusieron al frente de las direcciones de comunicación, personal que desconocía el tema por completo. Muchos periodistas hasta la fecha, no tienen ni la más mínima idea de quién dirige estas.Los “asesores” de la comunicación de Carlos Joaquín encontraron su “mina de oro” haciendo convenios millonarios creando medios de comunicación, utilizando páginas de Facebook para crear redes sociales supuestamente para informar y -por su puesto- cobrar. Jamás se consideró que eso poco o nada serviría.
La información sólo giró alrededor de ellos mismos, jamás se canalizó a nuestra pequeña e inquieta clase media – baja.Otro de los problemas fue que los mensajes del gobierno fueron dirigidos a sectores muy exclusivos del Estado, a través dé sitios web, canales de cable (jamás televisión abierta) utilizaron las portadas de revistas o periódicos que bien se podrían encontrar de manera “gratuita” en el loby de algún hotel en la zona norte de Quintana Roo.
Sin resultadosLa comunicación de resultados debiera ser parte del proceso de trabajo normal en toda administración pública. Quienes estuvieron al frente de tan importante labor, no dieron el ancho. La soberbia les ganó, el ego se apoderó de ellas y ellos; pareciera que era mas importante aparecer en alguna portada de revista o recibiendo algún premio pagado -claro- con dinero del erario público.
Creyeron que apareciendo en alguna transmisión en vivo posando a espaldas del Ejecutivo del Estado, ya están cumpliendo con el trabajo de comunicación. Muchos programas emblemáticos de la administración ya establecidos en los ejes de gobierno de Carlos Joaquín no lograron comunicarse. ¿Alguien sabe en qué consistió los 300 pueblos? ¿Quintana Roo conectado? ¿Gobierno Digital? ¿Médico en Tu Casa? ¿Crédito a la Mujer? Solo por mencionar algunos.
Para los responsables de la comunicación eso no era importante, no vendía, no generaban incentivos.Él Recurso Mucho de este problema también radico en la millonaria suma que recibieron medios de comunicación nacionales y otros, muy pocos, estatales por publicidad gubernamental, que únicamente benéfico monetariamente a los involucrados.Se entiende que las estrategias de comunicación gubernamental son esenciales, pero no deben centralizarse en uno solo. También es importante que todas las secretarías tengan un recurso destinado para manejar su información, para crear su propia estrategia.
Quienes estuvieron al frente de la Coordinación de Comunicación Social de Quintana Roo la convirtieron en una oficina de excusas y no de resultados. Teoría: todo el debacle gubernamental del gobierno “del cambio” tal vez pudiese haber sido evitado si desde el minuto uno hubieran puesto a alguien con la capacitación suficiente en Comunicación.
